Terminada nuestra participación en el Integración del año pasado, con el equipo nos fijamos como objetivo a mediano plazo desarrollar una dinámica de juego que nos permita superar lo logrado en ese torneo. Esto implicó que a finales del año pasado comenzara nuestra preparación, fundamentalmente en la parte física para estar en condiciones de afrontar con solvencia la transformación de nuestro juego. Este trabajo facilitó el aporte que hicieron varios de nuestros jugadores en el seleccionado de la Unión Andina.
Luego del receso de enero el Prof. Javier Martínez (PF) diseño el trabajo que llevarían a cabo los jugadores de las divisiones mayores durante todo el año. Con esa planificación recomenzamos la pretemporada en febrero, a la que se incorporaron los jugadores que venían del seleccionado. A partir de marzo iniciamos el proceso de cambio, basado en nuestras fortalezas pero tratando de corregir nuestras debilidades, incorporando conceptos estratégicos y tácticos que estamos tratando de desarrollar en el campo de juego, y esto es lo más difícil. Esta modificación en nuestro juego apunta en realidad a un cambio de dinámica, de ritmo, y está basado en la parte física y en cuestiones de técnica individual y de miniunidades que hemos venido desarrollando durante varias temporadas.
Hemos sido testigos de esos cambios en los partidos de esta primera rueda. ¿A la luz de los resultados, es tan amplia la diferencia que existe con los otros equipos?
En particular, no me gusta hablar de otros equipos. Como recién decía, una cosa es lo que estamos trabajando en los entrenamientos y otra es poder plasmarlo en el campo de juego. Mantener los niveles de concentración, la disciplina táctica, tomar decisiones que respondan a principios estratégicos, es lo más difícil. Y si a esto le sumamos que al frente tenemos un rival que no nos va a hacer fácil la tarea, la cosa se complica aún más.
En el primer partido contra Social, en La Rioja sólo pudimos hacerlo durante los primeros 20 minutos, el resto del tiempo nos fuimos mentalmente del juego. Contra Chelcos pudimos aumentar ese tiempo a 40 minutos. Contra Catamarca subimos un poco más el tiempo de concentración. Contra Teros volvimos a caer en la desconcentración, esta vez sólo logramos realizar nuestro juego en los últimos 15 minutos. Esto se puede pagar muy caro, acá y fundamentalmente en otro nivel como Córdoba, porque enfrente tenemos a equipos que cada uno a su manera hace lo suyo para impedir que nosotros desarrollemos nuestro juego, tratando de imponer el propio.
¿Cómo sigue esto? ¿Ya se sienten campeones?
De ninguna manera. Los partidos hay que jugarlos a todos y falta toda una rueda. Lo peor que nos puede pasar es subirnos a los resultados obtenidos hasta el momento. Es cierto que nuestro primer objetivo es lograr este campeonato y el segundo es clasificar para el integración pero, repito el objetivo del equipo, la visión compartida con todos los jugadores es mejorar nuestro juego, nuestra disciplina táctica y por ahora no lo hemos conseguido. Estamos trabajando para lograrlo con el compromiso y el esfuerzo de todos.
Horacio no esta feliz!!! pero vas a estarlo!!!
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